Avanza la seronda en los bosques asturianos y no quería dejar la oportunidad de disfrutarlos así que aproveché la ocasión y dirigí mis pasos a la peña Blanca o Cantu Castiellu para desde Les Yanes iniciar una bonita circular.
Junto a esta nave, sale el camino por el que iniciaremos la andadura
Para después de un centenar de metros, vadear el riachuelo por un paso hormigonado y tras cruzar una portilla metálica adentrarnos en un precioso camino que entre castaños va tomando altura
con el suelo completamente tapizado de las hojas ya caídas
Seguiremos por él hasta llegar al collau Valdeorru,
con una cabaña a la derecha y esta estupenda vista, al frente, del bosque por el que nos adentraremos
El camino prosigue ahora en un tramo llano que incluso a veces desciende
hasta que llega a su final en unos prados bastante tomados de vegetación y helechos aunque en este momento del año, están caídos y resulta más fácil seguir el leve sendero que con tendencia a subir hacia la derecha
nos hace ganar altura con buena pendiente
dejando a nuestras
espaldas la cumbre de la peña Blanca y el bosque que iremos recorriendo por su cumbrera
Seguiremos ascendiendo en busca de un nuevo collado que poco a poco se adivina
y que pronto alcanzaremos
A su izquierda tenemos ya la entrada al bosque por el que disfrutaré de su colorido otoñal, aunque en esta ocasión tengo que reconocer que me adelanté unas fechas aunque ante las circunstancias que rodean al País a causa de la pandemia no podía esperar como así demostraron las medidas tomadas por el Gobierno con un nuevo confinamiento
Adentrados en el bosque, comienzo a disfrutar de detalles
y trazo un itinerario ascendente en busca de la crestería ya visible en lo alto y por el que paso junto a grandes robles
Alcanzada la crestería, habrá que girar a la izquierda y por ella discurre un precioso sendero que aunque en algunos lugares de la misma puede difuminarse un poco, no es difícil de seguir y que nos llevará ya hasta la propia cumbre de la Peña Blanca permitiéndonos casi “desentendernos de la orientación” –tan solo hay que seguirlo- y facilitándonos disfrutar del bosque en todos y cada uno de sus detalles
El sendero nos va llevando por la divisoria cumbrera en un paseo muy cómodo por el que disfrutando del bosque y sus colores, llegaremos hasta el collado Caneyu. Un pequeño reducto de prado
con vistas a la derecha hacia el Retriñón
En él, las ruinas de dos cabañas sugieren un uso perdido y donde aprovecho para picar algo antes de adentrarme nuevamente en el bosque
(vista hacia atrás al iniciar el camino para entrar al bosque)
Con fuerte pendiente y un prado medio tomado por felechos, comienza la andadura hacia las entrañas del fayeu siguiendo el sendero
que en ocasiones se ve reforzado por algún jitu
Vamos ganando altura y se nota en el colorido de las hojas
También van apareciendo algunos crestones calizos por los que vamos transitando
Siempre por la cumbrera y con el sendero como guía de nuestra taryectoria
Hasta que de pronto “chocamos” con un paredón calizo
Las dudas se disipan pronto y el sendero y los jitos nos llevan a una empinada canal que frente a nosotros permite salvar el paredón si bien hay que tener cuidado pues las hojas; la hierba y la humedad hacen extremar la precaución para salvar el fuerte desnivel. En su parte alta ya se divisa el final
tras el cual, el sendero prosigue cruzando una empinada ladera hacia la cumbrera que está a la vista
en la que alcanzamos un paso que da vista al sur con el valle de la Felguerina; Pico El Cuervo; Visu la Grande; Atambos; parte de la sierra de Brañapiñueli
Desde ese balcón, no ha de confundirnos un sendero que desciende. A la izquierda sale “nuestro sendero” ascendiendo por la cumbrera
que nos llevará en un principio por ella misma para luego pasar por su derecha bajo esa torre caliza
continuando por lo alto de la ladera sur de la sierra hacia la cumbre ya visible
a la que llegaremos sin mayor dificultad
Las vistas desde la cumbre:
Al oeste
Detalles:
Cabeza de arco y retiñón
Al fondo, Mostayal y Aramo
Al noroeste
Detalles: embalse de Tanes
Prieres y el Busllar
Al norte
La Crespa
Campo de Caso y Les Yanes con el aparcamiento desde comencé la ruta
Al este
Al sureste
Al sur
Tras contemplar todas estas vistas y disfrutar de ellas, toca pensar en descender. Hay dos opciones para ello: desandar el camino recorrido hasta la cumbre por el bosque o descender por la foz de Cebatón. Me inclino por esta segunda para conocer dicha foz así que desando unos metros por la crestería hasta encarar la ladera que por el sur desciende hacia el valle de la Felguerina y más en concreto a las cabañas de Bustiellu cuya referencia son unos prados situados al pié de la ladera
La ladera está muy tomada por vegetación siendo la mejor opción dirigirse hacia la derecha de la misma
donde algunos claros facilitan el descenso en el que se enlazará con un sendero que llega a la derecha de un pequeño bosquete que atravesará
para llegar a las cabañas. Un par de mastines salieron a mi encuentro pero al no haber ganado cerca, no supusieron mayor problema
Al llegar a la primera cabaña, el camino que le da servicio está completamente tomado de vegetación, así que habrá que entrar en el prado y descender por el hasta la portilla bajera
para entrar nuevamente en el camino y descender por él hasta la segunda cabaña
que bordeándola por su izquierda, llegaremos al collau Fuentes entroncando con la pista que sube al collau Incós. En este punto hay que tomar una marcada caleya que sale a la izquierda
en continuo descenso, encarando primero hacia la foz
para luego dar una curva de herradura y seguir descendiendo entre avellanos por el valle de la Biciella
hasta alcanzar las cabañas de la Biciella
donde un cartel apoyado en su muro indica el camino hacia la collá Incós, por donde venimos, y el que va hacia les Yanes que hemos de seguir
y que se coje nada más entrar en el prado, a la izquierda
por él seguimos, siempre bien marcado y con clara dirección hacia la foz de Cebatón
alcanzando una portilla que podría decirse da paso a la misma
tras la cual, el camino va parejo al arroyo pudiendo disfrutar de sus pequeños saltos
siguiendo en descenso, perfectamente empedrado
(vista atrás)
hasta alcanzar
un rústico puente que nos hace pasar a la vertiente opuesta
a partir de aquí, el empedrado se convierte en un caótico conglomerado de piedras, más parecido al cauce seco de un río que a un camino, por el que cuesta avanzar
(vista atrás)
por el que llegaremos, sin mayor aliciente, hasta alcanzar un punto donde puede verse un curioso fenómeno natural que es donde el arroyo salva el punto más estrecho de la foz precipitándose sus aguas en una cascada, cayendo en una poza en la que se sumen desapareciendo hasta muy cerca ya de Les Yanes
terminado el tramo empedrado, el camino sigue hasta llegar a la fuente Prao Redondu con buenas aguas y un cobertizo con bancos para descanso de quien desee disfrutar del paraje
poco más queda ya. Unos metros mas abajo, se enlaza con una pista hormigonada que conduce hasta el punto de inicio de la ruta desde donde así se contempla ahora la cumbre de la Peña Blanca.
Tan solo queda visitar la cueva Deboyu, donde el Nalón desaparece
para volver a aparecer aguas abajo.
Como conclusión personal y una vez realizada la circular, desde la cumbre volvería al punto de inicio regresando nuevamente por el bosque. El descenso por el valle de la Biciella poco aporta a la ruta y máxime si la comparación se hace con el recorrido a través del bosque. Opinión personal, claro está.
En esta ocasión no os dejo los tiempos orientativos ya que durante el recorrido por el bosque hice multitud de paradas para fotografiarlo y disfrutar de sus rincones. Posteriormente en la cumbre estaría alrededor de media hora. El tiempo total invertido en la ruta fué de seis horas de las cuales cuatro estuve en movimiento.
Esto ha sido todo. Espero que os guste.
Saludos
Hasta pronto.
.
Me alegro que pudieras realizar la ruta, Jose. Ya ves que ese caminín por el bosque es bien guapo. El empedrado en la foz de Cebatón ya había desaprecido cuando fui la última vez. Seguramnte se lo llevó una riada. Pillasyte el bosque precioso.
ResponderEliminarNos vemos