El ascenso a los Fontanes, Sur y Norte, cumbres
destacadas del macizo de Las Ubiñas y por tanto de la Cordillera Cantábrica goza
del privilegio como alguna otra cumbre también, de discurrir por un claro camino/sendero
desde el inicio del mismo, en este caso desde la fuente del Bachao en el
Meicín, hasta la misma cumbre.
Ello no ha de ser, sin embargo, cuestión para relajarse e intentar hacer cumbre sin más. A un desnivel positivo de 1.200 mts que ya requiere de por sí unas buenas cualidades físicas, se une el importante esfuerzo para superar los 250 mts de desnivel de la pedrera del Canalón del Buey sobre todo en su parte final muy descompuesta. Es conveniente estar habituado, por tanto, a desenvolverse por terrenos calizos así como a realizar alguna trepada y el consiguiente destrepe.
Hay que prestar a su vez atención a los cambios meteorológicos en los que las nieblas y/o tormentas pueden jugar malas pasadas en cuestión de poco tiempo incluso a avezados montañeros. Sirva de ejemplo esta foto en la que hay una diferencia que no llega a las 4 horas entre la primera y la segunda toma
Ello no ha de ser, sin embargo, cuestión para relajarse e intentar hacer cumbre sin más. A un desnivel positivo de 1.200 mts que ya requiere de por sí unas buenas cualidades físicas, se une el importante esfuerzo para superar los 250 mts de desnivel de la pedrera del Canalón del Buey sobre todo en su parte final muy descompuesta. Es conveniente estar habituado, por tanto, a desenvolverse por terrenos calizos así como a realizar alguna trepada y el consiguiente destrepe.
Hay que prestar a su vez atención a los cambios meteorológicos en los que las nieblas y/o tormentas pueden jugar malas pasadas en cuestión de poco tiempo incluso a avezados montañeros. Sirva de ejemplo esta foto en la que hay una diferencia que no llega a las 4 horas entre la primera y la segunda toma
A estas advertencias previas que
creo necesarias para dejar clara la realidad de la ascensión a Los Fontanes,
añadiré que en esta ocasión los comentarios sobre la misma serán, más que
descriptivos de la ruta en sí, sensaciones personales del porqué la hice en
estos momentos y de pensamientos surgidos en su desarrollo.
Todos cuantos me conocéis sabéis
de sobra que en mis salidas a la montaña voy totalmente despreocupado de
cualquier tipo de reto. Voy a disfrutar simple y llanamente de la ruta. De sus
pequeños detalles. Sin importarme lo más mínimo alcanzar la cumbre programada.
Hoy sin embargo, y rompiendo todas mis premisas, me marqué como test para “medir” ciertas cosas que últimamente compruebo que
no andan bien en mí, “coronar” los Fontanes.
La ruta escogida iba a ser Peña Ten pero tras
hablar con mi amigo Viti la dejé para hacerla con él en otra ocasión así que
Los Fontanes vinieron a mi mente tanto por las dificultades antes enumeradas como porque
en el apartado de este blog “Mi libreta “ voy subiendo rutas del año 1980 y fue precisamente
en ese año cuando tras varios intentos anteriores fallidos que podéis VER AQUÍ,
conseguí su cima por primera y única vez. Hace ya casi 39 años…. ¡¡¡ hay tantas
cumbres que tal vez necesitásemos varias vidas para coronarlas sin necesidad de
repetir ascensiones!!!
Cumbre del Fontán Norte. 15 noviembre de 1.980.
De izda a dcha: Fernando; yo mismo; Eva y Ana. La foto la disparó Chema.
De izda a dcha: Fernando; yo mismo; Eva y Ana. La foto la disparó Chema.
Sin más rodeos ya, paso a la
narración de la ruta.
No amanece todo lo bien que los
partes meteorológicos pronosticaban. Tardo en salir de casa pese a que me he
levantado pronto. Es uno de los planteamientos que quiero comprobar. Cuando
madrugo, mi rendimiento en la montaña es malo.
En Mieres paro a cargar gasolina y me encuentro a mi amigo Monchu. ¡¡¡ qué alegría !!! Charlamos un poco sobre el día y planes quizás futuros y reemprendo la marcha.
Desde los Pontones, la niebla reina en la carretera de la Cubilla que, aún sin arreglar, pronto ascenderán los esforzados ciclistas en una de esas etapas denominadas”reina” de la Vuelta Ciclista a España y que tan bien conoce mi amigo Jorge Fonseca.
En Mieres paro a cargar gasolina y me encuentro a mi amigo Monchu. ¡¡¡ qué alegría !!! Charlamos un poco sobre el día y planes quizás futuros y reemprendo la marcha.
Desde los Pontones, la niebla reina en la carretera de la Cubilla que, aún sin arreglar, pronto ascenderán los esforzados ciclistas en una de esas etapas denominadas”reina” de la Vuelta Ciclista a España y que tan bien conoce mi amigo Jorge Fonseca.
Poco antes de llegar a Tuiza, el cielo se despeja. En el parking una pareja
espera a que llegue algún compañero de ruta. Yo parto en busca de “mi reto”. Las primeras cuestas me parecen
más empinadas de lo normal y aún no he salido de Tuiza.
Menos mal que la
silueta de El Portillín, “mi Portillín” de esa cumbre de la que estoy enamorado
desde conocí las Ubiñas en 1.975, me da fuerzas y ánimos para seguir adelante.
Hoy quiero “forzarme”, buscar…
¿mis límites? Y de momento aunque con una sudada tremenda, llego a la portillera
bien. De ánimos y físicamente. Y el tiempo parece que respeta.
Sigo adelante pero a la par que
la niebla se adueña del paisaje, las dudas se adueñan de mi mente. Cerca del
refugio, el “comité de bienvenida” con Ur al frente sale a mi encuentro. Se echa de menos la
blanca figura de Nieve…
El refugio aparece entre la
niebla como aquella primera vez que llegué a él. Al antiguo, el 26 de julio 1.975
sin conocer el circo del Meicín y cuando se levantó la niebla a las tres de la
madrugada quedé completamente alucinado con la visión de sus cumbres bajo un cielo
estrellado como jamás había visto
Hoy están en él unas familias con
niños que disfrutan del entorno seguramente tanto como yo en aquella ocasión.
Charlo con Gummo –¡¡¡qué buena gente está a cargo del Abellugu!!! sobre el día
a día; sobre Nieve; sobre planes. Me tomo un café tranquilamente y pese a la
niebla…"no te preocupes, por arriba está despejado", me dice…continúo la ruta.
Llego a la fuente del Bachao, donde la niebla ya es menos densa
y, ventajas de conocer el
terreno, alcanzo sin problema el camino a la forqueta del Portillín por el que
prosigo ruta. Pronto mis ánimos suben “puntos” en relación inversa a la
densidad de la niebla. Aún más cuando una fantasmagórica silueta de peña
Cerreos se deja ver a mi izquierda
Tan solo unos cuantos metros más
arriba, salgo del reino de la niebla y se vislumbra ante mí la desde aquí achatada
silueta de El Portillín; la Forqueta del Portillín y los paredones del Canalón
Oscuro
Hacia atrás un maravilloso mar de
nubes sobrevolado por varios pájaros y sobre el que destacan la Tesa y la Mesa
Hay veces que casi es mejor no
ver las metas a superar. La Forqueta del Portillín es una de esas subidas
clásicas que siempre se hacen eternas pero en las que la experiencia te dice
que en una hora estás arriba. Hay que dosificar fuerzas. Coger un ritmo y paso
a paso ir ascendiendo, sin prisa pero sin pausa. Poco a poco y disfrutando de
las vistas y, cuando cuadra, de la siempre agradecida vista de los rebecos que
por aquí suelen “andar”. Hoy no tuve suerte con ellos.
Cuando estoy algo más
arriba de la mitad, veo aparecer la silueta de un montañero superando la fuente del Bachao. Me alegra. No me agrada andar solo por las cumbres. Lo
había comentado con Monchu en la gasolinera de Mieres. Sigo mi caminar hacia la
Forqueta. Me encuentro bien.
La llegada a la Forqueta del
Portillín, no por conocida, deja de impresionar. La vista de los paredones de
los Fontanes dominando el paisaje sobre los Joyos de Cueva Palacios, es
espectacular.
Tenía pensado para aquí para
picar algo. En la subida paré brevemente en un par de ocasiones pero tras sacar
unas fotos, hacia atrás donde las nubes siguen su juego con las cumbres
hacia la “entrada” al Portillín, ascensión que realicé en
agosto del 2016 para celebrar el 41 aniversario de su primeraconquista
el recorrido que seguiré desde aquí hacia el Canalón del buey
así como unas fotos que me pidió Gummo de Los
Foyos y los Cintos,
prosigo unos metros hasta adentrarme en el
pedrero y allí, a la sombra del Portillín, paro a comer algo. Tan solo lo consigo
con alguna pieza de fruta, al menos hoy sí, que hace unos días en la peña los
Años ni eso, y mientras estoy allí aparece un “despistado” rebeco que intuyendo
alguna presencia rara mira y mira
pero sin localizarme se pone a pastar en un
trocito verde.
Disfruto con su presencia más de 15 minutos y cuando de nuevo
parto, me mira y ni se inmuta. Sigue a lo suyo…
Cuando me acerco al nevero, veo
que baja un montañero y espero a que lo cruce por la huella que hay. Me dice
que viene de arriba pero que dio la vuelta en la trepada posterior a coronar el
canalón del Buey porque no se sentía seguro….una lástima pero una acertada
decisión siempre que se hace montaña en solitario.
Nos despedimos, cruzo el nevero
que está lo suficientemente blando para marcar huella sobre la ya existente y
prosigo el sendero por el pedrero. Me doy cuenta que he pasado la desviación a
la derecha. No quiero ir por el sendero que va pegado a la base de los Portillines
porque hay varios neveros más y es más
cómodo acceder al canalón del Buey por el otro sendero que llaneando va hacia
la derecha de los Joyos, así que retrocedo para embocarlo y me encuentro con el
montañero que había visto ascendiendo hacia la Forqueta. Me pregunta si doy la vuelta y le digo que
no. Que me había pasado la desviación del otro sendero y juntos vamos por él un
buen trecho charlando hasta que alcanzando
casi la base del pedrero del canalón del buey, le comento que voy a ir a mi
ritmo pues veo que va mucho mejor que yo aunque me encuentro bien y poco a poco se va adelantando
Me fijo en la pasada del Siete
que aún está cubierta de nieve y posiblemente así quedará el resto del año ya.
Ojo a quienes tengan en mente pasar por ella pues necesitarán equipo adecuado.
así mismo en la Forqueta del
Portillín que va quedando atrás en medio de los Portillines y el cordal que desde
el Canalón Oscuro llega al Fariñentu
Sigo mi camino y pronto me
encuentro ya ante el segundo reto importante del día: el pedrero del canalón
del Buey. Inmenso. Espectacular. Empinado, de narices…
Recuerdo vagamente los intentos
de coronar los Fontanes en las invernales del 77 y añoro las fuerzas de la
juventud. Creo que hoy por hoy sería incapaz de superar este pedrero con nieve.
(foto de noviembre de 1.977)
Sin embargo hoy ni hay nieve, ni excesivo calor y lo que es más importante, pese a no poder comer sólido, me encuentro bien de fuerzas y sobre todo, de moral. Miro atrás y sobre el mar de nubes que cubre Asturias por detrás del Fariñentu, Tapinón y Siegalavá emergen majestuosos los Picos de Europa, otro de los por qués de mi test
(foto de noviembre de 1.977)
Sin embargo hoy ni hay nieve, ni excesivo calor y lo que es más importante, pese a no poder comer sólido, me encuentro bien de fuerzas y sobre todo, de moral. Miro atrás y sobre el mar de nubes que cubre Asturias por detrás del Fariñentu, Tapinón y Siegalavá emergen majestuosos los Picos de Europa, otro de los por qués de mi test
Este sendero por el que voy aborda el canalón del buey con un
pequeño ascenso primeramente hacia los paredones del los Fontanes para hacer un
giro a la izquierda hacia los bajeros del Crestón del Pasu Malu. Llegando a éllos se
ve con claridad el recorrido del sendero que desde la Forqueta viene pegado a
los bajeros de los Portillines cruzando varios neveros hasta entroncar con el que sigo yo
Hacia arriba….toda una eternidad.
Comienzo la ascensión lo más pegado posible a la izquierda. A la caliza. Tardo en
hacer la primera foto pero más por las ganas de avanzar que por cansancio. En
ella se ve a Gustavo bastante arriba casi alcanzando el giro que el canalón
hace a la izquierda
Sigo a mi ritmo e intento
forzarlo para ver mis fuerzas. Avanzo. Me detengo. Contemplo. Sigo adelante.
Con ganas. Ilusionado... voy alcanzando el giro
Lo supero. El canalón se estrecha
y el terreno es más descompuesto. Grava fina por la que cuesta progresar. Me
meto cuando puedo por las llambrias que facilitan el avance, no dejan de ser
caliza compacta por las que la adherencia facilita el avance. Miro atrás y el
desnivel es grande. Me muevo ya por encima de la altitud de los Portillines.
Tras ellos: Cerreos; Tesa y Mesa; Cirbanal; Tres Marias….cordales hasta cerrar
el horizonte ¡¡¡cuánta belleza!!!
Llego a los últimos metros del
Canalón. Tengo que avanzar por el centro. Cada vez más estrecho.
Hasta que
pronto alcanzo el final. Una horcadina que te encuentras a bocajarro. No sé por
qué pero no hago una foto al frente según llego a ella. Las vistas se abren
hacia Torrebario, Ventana y Somiedo. Imperdonable el despiste cuando sí hago
fotos hacia la izquierda, al estrecho filo que lleva hacia el Crestón del Pasu
Malu, por el que avanzaría unos pocos metros “para ver” y tras el que asoman los
paredones de Ubiña la Grande
Atrás, el horizonte de cumbres que
desde la Tesa y la Mesa jalonan los diversos cordales leoneses hasta el
infinito de la meseta
A la derecha de la horcadina, el
sendero sigue en horizontal hacia la pared que en corta trepada nos dejará a
los “piés” de los Fontanes. Aquí fue donde en noviembre de 1977 dimos la vuelta
Berto y yo y donde hoy desistió el primer montañero con el que me crucé.
Superado este paso, ya se ven las
cumbres de los Fontanes. A la derecha, la ladera del Fontán sur. Tras élla, la
cumbre del Fontán norte con varios montañeros en ella. Al fondo, la collá
Lingleo y Peña Rueda dando paso al mar de nubes que cubre Asturias.
Sigo el sendero que bordeando la
ladera del Fontán sur, va hacia la cumbre norte. Desde la horcada que los
separa así de “insignificantes” se ven Canalón Oscuro y Palazana. La vista
hacia Pajares y León, impresionante.
La cumbre ya está ahí. Unos
metros más y alcanzo el techo compartido de la Ubiñas pese a la polémica de que
si son iguales en altura o no, Fontán Norte y Ubiña la Grande ¿de verdad son
importantes estas cosas?
En la cumbre me encuentro con Gustavo y otros dos montañeros gallegos que subieron
desde Torrebarrio que ya están disfutándolas. Poco después llegarían, por
separado, otros dos montañeros. Charlamos. Compartimos información sobre rutas.
Sobre cumbres. Estamos en silencio viendo tanta belleza. Es lo bueno de la
montaña. Momentos compartidos. Sensaciones compartidas con gente que no conoces
y que posiblemente nunca vuelvas a ver pero que en esos momentos formáis un
todo. En cuanto a mi test personal, me encuentro bien aunque no consigo comer
más que fruta y beber. La comida sólida –chocolate, empanada y ensalada de
pasta- imposible.
Las vistas son impresionantes y esto es lo importante.
Hacia el oeste, Fontán sur y el
Prao del Fontán. Tras ellos, todas las cumbres de Somiedo
Con zoom
Hacia el norte
El Prau; Colines; Cigacha;
Panchón … Sobia; Ventana, Farrapona…
con zoom
Hacia el noreste
Tras el profundo corte del Joyo
Chongo entre la ladera de los Fontanes y el resto de cumbres del macizo: la
collá Lingleo, puerto de Agüeria y peña Rueda.
con zoom
Al este
Joyos de Cueva Palacios cerrados
por el cordal que va de la Palazana al Fariñentu con Tapinón y Siegalavá detrás
Detalle de Prau Albo; Pié Ferreru;
Fariñentu; Siegalavá y Tapinón con Picos de europa, al fondo sobre el mar de
nubes
Detalle de Canalón Oscuro;
Palazana; Camisos y Prau Albo
Mis compañeros de cumbre van a
proseguir camino así que saco mi polo rayado de la mochila (sí, sí…ya sé. Como
bien sabéis mis amigos, está “jubilado” tras más de dos décadas de montaña
conmigo, pero para ciertas ocasiones viaja en la mochila y me hago la foto de
cumbre con él) y les pido hacerme una foto de cumbre
Yo permanezco en la cumbre
disfrutando de las vistas y charlando un rato más con los dos últimos
montañeros que llegaron, uno desde el Siete con el que luego seguiría charla en
el Meicín y que no recuerdo su nombre y otro que después continuaría hacia el
Prau. Las nubes van jugando con las cumbres mientras voy tomando detalles.
Ubiña y el pantano de barrios de Luna
Cigacha, Panchón, Huertos del
Diablo
El Prau
Peña Rueda
Siete; Agujas Rojas y Crestón del
Pasu Malu
Portillines
Pasada del Siete; Portillines;
Siete; Castillines y Ubiña la grande
La Mesa
Estoy contento. Muy contento. Me
encuentro bien y disfrutando como un enano. Tras una hora en cumbre toca pensar
en regresar y además las nubes están ascendiendo peligrosamente
Así que saco una última foto del
buzón con las nubes “devorando” a peña Rueda y tapando toda Asturias
Y sigo la estela de mis dos
últimos compañeros de cumbre que ya han comenzado su regreso. La verdad es que
tampoco me hace mucha gracia bajar solo
Uno, como dije, tirará hacia el
Prau, mientras el otro baja hacia el Meicín y con él dejo una prudente distancia
para bajar por el canalón del Buey y evitar cualquier percance con alguna
piedra que pueda caer sin control
bajo la parte alta del Canalón pegado
nuevamente a las llambrias del Crestón evitando en lo posible la incómoda
gravilla y viendo como los Portillines van “creciendo” a la par que pierdo
altura
Una vez que alcanzo la zona
intermedia del canalón, aprovecho el mayor tamaño de las piedras para ir
deslizándome con ellas haciendo mucho más cómodo el descenso hasta alcanzar el
giro que da el sendero ahora hacia la izquierda para atravesar la parte baja
del pedrero y desde donde miro atrás y veo que las nubes ya se han adueñado de
la cumbre de los Fontanes.
Con la Forqueta del Portillín a
la vista, toca ahora seguir el sendero con clara tendencia a la derecha,
atravesando los joyos de Cueva Palacios en busca del entronque con el otro
sendero que desde el Canalón del buey viene por los bajeros de los Portillines
Este es, mirando atrás una vez
alcanzado el otro sendero, el recorrido efectuado casi en horizontal recortando
a lo ancho los joyos de Cueva Palacios
Y hacia adelante el recorrido
desde el entronque, a la altura del nevero, hacia la forqueta
en la que vemos una
fantasmagórica imagen del Canalón Oscuro, “comido” por las nubes que reinan en
la parte que da al Meicín
Alcanzo la Forqueta donde paro para intentar comer
alguna fruta más. El intento con la comida sólida fracasa de nuevo. Se me hace
una pasta que o disuelvo con agua y acabo encharcándome o no hay forma de
pasarla. Tampoco me detengo mucho pues, aunque conocido, no me agrada nada
bajar solo y con niebla hasta el refugio
hacia atrás, la niebla ya baja de los Fontanes para adueñarse de los Joyos de Cueva Palacios
Casi llegando a la altura de la
fuente del Bachao, más o menos hasta donde por la mañana “reinaba” la niebla,
ahora desaparece. Ha cambiado la zona baja por las alturas. Me da tranquilidad.
Desde la fuente miro atrás y así
veo a mi querido Portillín y la Forqueta.
Ya solo quedan unos minutos de
bajada hasta el refugio donde por fín estreno el “grifo” de las cañas…….¡¡¡¡
ummm que delicia!!!
compartiendo animada charla con el montañero que había
llegado a la cumbre desde el Siete y siento no recordar su nombre y
posteriormente con Omar e Isabel. Buena gente que disfruta de la montaña y
comparte vitalidad. Ojalá volvamos a encontrarnos. Un saludo desde aquí si veis
el relato.
Tras esta parada, solo quedaba
regresar a Tuiza y finalizar la ruta. Ha sido una buena experiencia y ahora,
superado el test habrá que mirar algunas cosas y eso sí, ¡¡¡seguir recorriendo
Nuestras montañas!!!
Espero que os haya gustado.
Saludos y hasta pronto.
.
Que buen relato, y como presta rememorar ascensiones pasadas, me gustó mucho leerte y las fotos preciosas.
ResponderEliminarGracias Jonatan. La verdad es que van pasando los años y cuando se echa la vista atrás sí que presta recordar aquellas "odiseas" de cuando comenzábamos en esta bendita afición. Gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado el relato. Un abrazo
EliminarImpresionante relato el que nos has regalado. He disfrutado leyéndolo y por supuesto viéndolo. No es una zona que yo prolifere. Es más, muy desconocida para mi. Solo he estado en cuatro o cinco cumbres de ese entorno. No sé el motivo, tal vez porque no confío en mi capacidad física, para superar esos retos. En todo caso, aunque la zona es hermosa, no me acerco casi nunca a ella. Me ha hecho feliz, el que hayas pospuesto la ascensión a Peña Ten y que me hayas mencionado en tu comentario. Muchas gracias amigo mio. Tal vez podamos, junto con otros amigos más, lograr su ascensión no tardando. En fin, que he disfrutado muchísimo de este relato. Muchísimas gracias por compartir con todos nosotros. ¡Hasta la vista compañeru! ¡Salud y Montaña!
ResponderEliminar¡¡¡salud y montaña, Viti!!! Tienes que animarte a visitar la zona. No es tan dura como parece y las Ubiñas, nunca decepcionan. Tiempo habrá para organizar algo por ahí. Gracias por tus palabras y me alegro de que te haya gustado el relato. Algo más personal que descriptivo pero con las ganas de siempre de divulgar y dar a conocer estas joyas que tenemos tan a mano. Un abrazo.
EliminarIMpresionante Jose! El relato y las imágenes y sobre todo la fuerza para acercarte hasta ahí solo...hace falta tener un par. Un abrazo
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