Agosto.
Un año más, como consorte de
sajambrina, la cita de principios de mes con motivo de las fiestas patronales,
es en Soto de Sajambre. Y un año más, tras la decepcionante climatología del anterior
verano, mi mente estaba centrada en alcanzar esa cumbre que para mí ya casi es
una obsesión: La cabra blanca.
Así pues, tras una primera semana
de fiestas y mal tiempo en la que tan solo subí un día hasta Vegabaño,
llegó la segunda más ociosa y en esta
ocasión, de un extraordinario buen tiempo, tal como en sus pronósticos había
avanzado Michu. Tal fue así que asegurado climatológicamente, el intento de
conquistar tan ansiada cumbre pudo al fin materializarse y el día 8 de agosto
acompañado por Enol y mi sobrino Roque salíamos de casa, algo más tarde de lo
que habíamos planeado pero con tiempo más que suficiente, rumbo a Vega Huerta.
El día estaba completamente despejado y por el camino viejo a Vegabaño, así de
guapa lucía peña Beza
La sombra por la que discurre dicho
camino facilitó un calentamiento previo
disfrutando con intensidad cada
uno de sus preciosos rincones
A la entrada de Vegabaño,
a la altura de los contenedores de basura salimos de la pista que lleva al
refugio
para cortar por la campera en dirección al cierre de madera por cuya parte baja
discurre el sendero que
paralelo a la empalizada y con unas buenas vistas de Peña Santa
cruza el arroyo Turégano
antes de adentrarse en el
bosque en busca del rio Dobra
El sendero discurre perfectamente
jitado en todo el trayecto
durante el cual se cruzan dos
riegas
atravesando parajes siempre muy guapos
antes de llegar al puente que
cruza el Dobra
Desde él, comienza la subida al
collado del Frade
pasando junto al milenario Roblón
de Cuestafría
Y ganando considerable altura
como se aprecia en esta vista hacia atrás, casi arriba del bosque, hacia Vegabaño
viéndose también Maciéndome y Tiatordos
Alcanzar el cuetu Salambre,
significa salir de la protección del bosque y caer de lleno bajo los rayos de
sol que va “apretando” considerablemente dificultando la progresión hacia el
Frade casi tanto como los altos matorrales aunque la vista espectacular de los
Moledizos ayuda a apurar el paso
ya en el collado, hacia atrás
así se ve el Cuetu Salambre, límite del bosque con el Jario sobre él
mientras hacia adelante, la impresionante
imagen de los altos del Verde y los Moledizos, separados por la canal del perro
y todos ellos cerrando el horizonte sobre la campera del Frade en la que
destaca el refugio.
Hacia el que descendemos para
picar algo y aprovisionarnos de agua fresca ya que no lo habíamos hecho ni en
la fuentina ni en la fuentona del cuetu Salambre
Tras la parada, reiniciamos la
marcha ascendiendo a la colladina del Frade dejando en unos instantes el
refugio atrapado en su soledad entre el Cerro
y las estribaciones de los altos del Verde con Beza y Cabronero reinando
en la vertiente opuesta del valle del río Dobra
por delante de mí, Roque y Enol
han emprendido su particular ascenso siguiendo la estela de tres fugaces "superseres" que luego nos enteraríamos estaban entrenando para futuras
ediciones de la travesera de Picos, lo cual explicaría el ritmo de su paso,
inalcanzable incluso para dos chavales de 17 años. Del mío, mejor ni hablar!!!
Alcanzada la colladina, hay que
descender unos metros para pegados a los murallones de los Moledizos,
adentrarse en el pedrero que conduce a la canal del Perro
desde donde mirando hacia atrás,
el refugio se presenta ya como un pequeño punto rojizo en los pastizales del
Frade
Hacia adelante la canal del Perro
donde en la pequeña horcadina que
hay hacia la mitad de su recorrido, Roque y Enol llevan esperándome media hora
una vez que han desistido de alcanzar – creo que mas por no dejarme solo que por que les
faltasen fuerzas- a los tres “traveseros”
Aunque reiniciamos la marcha
juntos, pronto van distanciándose nuevamente de mí, que al símil ciclista me
han sacado de punto intentando darles alcance y me muevo con una tremenda
pájara, tanto que cuando alcanzan el collado que da paso a la zona más suave de
la canal, ya los veo como dos puntitos lejanos
Menos mal que a partir de ahí, la
pendiente se suaviza
Y tras una nueva parada y el
generoso cambio de mochila que me ofrecen –ellos llevarán la mía (evidentemente
con mas carga que las suyas) a medias y yo la de uno de ellos – seguimos elevándonos
para ganar el collado del Burro –
siempre me llamó la atención la toponimia de esta zona- con la ya sugestiva
imagen de Peña Santa frente a nosotros.
El camino del Burro, supone un
alivio para mí pues aunque un tanto rompe piernas por una zona kárstica de
continuos sube y bajas, en definitiva es una cuesta abajo hacia Vega Huerta que
se intuye bajo los paredones sombreados de la “reina” y la silueta en un plano anterior
a ella, más clara, de los Tesos de Cotalbín hacia donde se dirige el bien
marcado sendero
que hacia atrás vemos claramente
como desciendo desde el collado del Burro con los Moledizos a la izquierda
según miramos
El sendero con la referencia de
Peña Santa enfrente y siempre bien marcado
nos lleva hacia una zona desde la
que se abre un inmenso ventanal hacia el macizo central
Desde ese punto del recorrido, y con una panorámica de
180º, vemos desde la Peña Santa que quedaría frente a
nosotros, una ventana por la que se ve el macizo central de los Picos – a la
derecha de la marcha- y Peña Bermeja y los Moledizos que quedarían a la espalda
del sentido de la marcha
Un trozo más adelante, así
destaca la Bermeja a nuestras espaldas
Mientras poco a poco vamos acercándonos
a la base izquierda de los inconfundibles Tesos de Cotalbín
Desde donde la perspectiva se
abre al este de Peña Santa, casi oculta por ellos, pero igualmente
impresionante con cumbres como El Gato, Aguja de Corpus Christi, Los Estribos y
La Cabra Blanca
que por cierto atrae
instantáneamente mi mirada – y, ¿a quién no, verdad?
Alcanzado el collado y ya sin los
Tesos de por medio, esta es la imagen de los paredones sur de La Peña Santa y el resto
de cumbres descritas con los verdes pastos de Vega Huerta a sus pies
hacia donde nos encaminamos
debiendo perder unos cuantos metros siguiendo el sendero
para llegar al refugio
El enclave del mismo, es
simplemente maravilloso.
Al sur del mismo, Los Tesos de Cotalbín
Al sur del mismo, Los Tesos de Cotalbín
Al oeste, las vistas enmarcadas
entre La Punta Extremera a la izquierda y la Garita Cimera y Bajera, por detrás
de la aguja del Corpus Christi a la derecha, se pierden sobre los pastizales con
Peña Beza y Cantu Cabroneru abriendo un sinfín de cordales que abarcan hasta
las propias Ubiñas
Al norte, la inmensidad de los
paredones de la cara sur de Peña Santa recorridos por infinidad de vías de
escalada, auténtico edén de escaladores como Pedro e Iñigo, con los cuales
departiríamos más tarde en el refugio, tras haber realizado ellos, la vía Rescate Emocional
Y al este, el tajo de la canal
de Mesones entre los Tesos de Cotalbín y el Picón que cierra los puertos de
Cuba, deja ver la incomparable vista hacia el central con toda la cohorte de
cumbres desplegada ante nuestra vista.
Momentos de regocijo que dan paso
a la monótona realidad. Avituallamiento de agua en la fuente
y preparación de los sacos en las duras literas de cemento del refugio para una vez anochezca, tan solo tener que meterse en ellos. Estamos solos en el pequeño habitáculo rehabilitado que, para mis gustos, bien podrían haberlo hecho algo mayor.
Enol y Roque, rendidos por la
caminata y habiendo dormido tan solo tres horas después de la última verbena
ayer de las fiestas de Soto, echan una cabezada en el interior del refugio
mientras en los alrededores, la vida comienza a dejarse ver. Primero aparecen
cabras pastando plácidamente por los alrededores – y casi dentro-
para ir acercándose a la fuente
dejando preciosos contraluces
Mientras las luces y sombras van
cambiando en el Central
Y sobre Beza y Cabroneru
Luego son los rebecos quienes
aparecen, primero tímidamente
para después ante mi quietud, pastar el rebaño al completo junto a mí, tras de haber bebido en la fuente
Las luces van moldeando unos picos
y silueteando otros: Los Cabritos, por delante del Central, muestran su verticalidad sobre el verde Picón y los puertos de Cuba
Más tarde, son las vacas las que
llegan a las inmediaciones del refugio, pastando alrededor de él antes de
acercarse a la fuente y desaparecer
mientras que sobre el paso que
sirve para bordear la aguja del Corpus Christi, asoman espectaculares la Cabra Blanca y El Diente
pero cuando los cielos comienzan
a teñirse de rojo
No sabemos como definir lo que
sentimos
La aguja del Corpus y el Gato, impresionantes
El central, apagándose ……….
Mientras las últimas luces dejan
ver en la lejanía , hacia el oeste, la inconfundible silueta de Las Ubiñas.
Es la última imagen antes de
conciliar el sueño y que como todas las anteriores quedará grabada por mucho
tiempo en nuestras retinas.
Al día siguiente, varios factores
y alguna obligación, aconsejan dejar para otra ocasión el intento de coronar La
Cabra Blanca. Estamos satisfechos y desandamos el recorrido efectuado camino de
casa. No pasa nada. Hemos disfrutado enormemente con lo realizado, con los
visto, con lo sentido…..
Esto es lo que dio de sí esta
nueva ruta montañera. Espero os haya gustado y como siempre, los tiempos
orientativos invertidos en el recorrido
Recorrido a pie:
Soto de Sajambre – Vegabaño (por
el camino viejo)………………………… 50 minutos
Vegabaño – puente sobre el Dobra………………………………..…………
31 minutos
Puente sobre el Dobra – Cuetu Salambre…………………………………….
45 minutos
Cuetu Salambre – refugio de El
Frade……………………………………….. 20 minutos
refugio de El Frade – colladina del
Frade…………………………………… 25 minutos
colladina del Frade – collada del
Burro (tiempos de pájara)…………....……. 70 minutos
collada del Burro – Vega Huerta…………………………………………….
50 minutos
Como punto final, decir que Vega
Huerta bien merece una visita.
Saludos y hasta pronto.
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precioso ruton por tierras leonesas y preciosas fotografias que plasman la belleza de esas montañas y vegas todo un disfrute para la vista..... un saludo....
ResponderEliminarUna gozada ese hotelito que os buscasteis Jose. Menudo anochecer. Ya me habías contado que los chavales iban a "su ritmo", pero joer, menudo ritmo parece que llevaban. No me los traigas de monte, que me van a dejar mal, ja, ja.
ResponderEliminarUn saludo
Una de mis zonas pendientes, que pasada de ruta y que atardecer... precioso reportaje y fotazas José. Un enorme abrazo.
ResponderEliminarJose, ¡GRACIAS POR PONERNOS A LOS PIES DE LA REINA DE LA CORDILLERA CANTABRICA!!!!
ResponderEliminarTe devuelvo el comentario, compañero. ¡Qué buenos recuerdos me trae la zona, recientemente visitada! Al igual que tu, he intentado reflejar en mi reportaje de Picasa, las vivencias sentidas, al pasar por aquellos parajes.
ResponderEliminarPara un "pisapraos" como yo, esta ruta, en parte coincidente con la vuestra, me ha dejado una profunda huella montañera. A pesar de no haber ascendido a ninguna cumbre, la caminata, ya de por si, es un esfuerzo considerable y las vistas que se ofrecen a cualquier caminante, son realmente extraordinarias.
Decirte que tu reportaje, está perfecto en cuanto a descripciones, y completado perfectamente, con unos comentarios excelentes.
Gracias por todo ello, compañero.
Saludos montañeros de Viti "Pisapraos".
Muy buen relato....!!! Pero que muy bueno..!!!......Si a uno le gusta la montaña, se disfruta un buen rato leyéndolo y viendo las afotos. Utilizas en todo momento una precisa y certera toponimía. Se observa que dominas a la perfección tan preciada zona. No tengo más que felicitaros por tan enorme ruta y explicación de la misma. Saludos.
ResponderEliminarEspectacular Jose....mira que la fice durante la travesera una vegada en baxada y casi otra en xubida... pero'l to relatu y les tos semeyes acaben de dame ganes de volver, jeje
ResponderEliminarUn abrazu
Vaya Jose, un reportaje espectacular, sí señor. ¡Menudas fotografías, por favor! No sabría con cuál de ellas quedarme, la verdad.
ResponderEliminarUna aventura en toda regla y qué mejor compañía que la de tu hijo y tu sobrino.
El único 'pero'... pues que tuviste que volverte una vez más sin la Cabra Blanca. Tranquilo, cualquier día de estos te haces con ella.
¡Cuenta conmigo para la próxima vez que quieras intentarla!
Un abrazo.
Impresionante ruta, e inigulables fotos con ese anochecer en la montaña. todo un lujo de dia, que solo merece la envidia. de los que os seguimos a traves de este blog. Intentaremos seguir poco a poco vuestros pasos (los tuyos Jose porque los de los chavales Puf.dificil tarea ya)
ResponderEliminarUn saludo.