Tras el varapalo físico y moral del Piurices y tras unos exhaustivos análisis clínicos con resultados normales, necesitaba volver al monte y probarme en él. Así que tras preparar una salida "acorde a mí situación" hoy 8 de abril de 2025 y tras un intenso tira y afloja conmigo mismo, pasaba ya el medio día cuando finalmente salí rumbo a la Varallonga.
Desde luego que por las foces del Pendón y las revueltas no me veía con fuerzas, así que opté por la más fácil desde les Praeres, recordando esta imagen del día que allí había estado con Xana y la mastina que nos acompañó por las foces y el mayau pastor.
En la curva cerrada a derechas justo antes de alcanzar les praeres, junto a un abrevadero allí existente y al cartel clavado a un árbol que indica “Barallonga”

aparqué el coche iniciando el ascenso por la traza hormigonada que las aguas de un regato han cortado. Pocos metros dura el hormigón y desde su final así se ve la curva y el abrevadero, fuente el Navaliego.

Tras él, un sendero continúa, ahora tras girar a la derecha recorriendo en suave ascenso la ladera de la Varallonga por la parte alta de un prado

y ahora se ven ya tanto la curva como les praeres y el bar como el pico Redondo, el Oroxu, el collado peñamayor y el Jueyu o peñamayor.

El sendero sigue el cierre de dicho prado hasta su extremo este y mientras continúa al frente adentrándose entre unos árboles (por ahí regresaré después) ahora ha de girarse bruscamente a la izquierda para seguir una traza herbosa que asciende, en moderada pendiente, directamente al collado que vemos en el extremo oeste de la Varallonga.

Alcanzado este collado, en el que hay un prado con un pequeño cobertizo y cercado con una muria de piedra y desde el que se ve el valle de Nava,

a nuestra derecha está la corta y empinada ladera oeste de la sierra de la Varallonga que se ha de acometer. Pronto se aprecian algunas calvas en la zona de hierba y el típico color amarronado en las piedras, señal inequívoca de ser el trazado a seguir y que dirigiéndose hacia la izquierda, bordea este primer pináculo, casi por arriba,

para adentrarnos en la ladera norte en la que claramente ya se ve un sendero terroso entre las piedras y zonas herbosas por el que continuando hacia una solitaria espinera

una vez alcanzada y rebasada, hay que auparse a la crestería, pocos metros mas alta, para subir a un segundo pináculo desde el que ya se ve la cumbre

así como picos de Europa en todo su esplendor.

Me siento muy bien, sin ápice de falta de fuerzas, ni fatiga, alcanzando la cumbre perfectamente.

Ya sé que para quiénes lo conocéis os parecerá una tontería de ascenso, corto y fácil pero en mis circunstancias y tras lo sufrido en el Piurices era todo un test que salió perfecto, encontrándome muy feliz por el resultado. Las vistas desde aquí ayudan a ello pues abarcan los cuatro puntos cardinales:
Al noreste:
El tajo de las foces del Pendón rompen el paisaje en dos estando en el lado de acá, el mayau pastor mientras en el de allá, el pico Casielles junto a las foces y la sierra del Sueve, al fondo

Al este:
Sobre las crestas de Trapa, asoman los Picos de Europa. También La Múa destaca

La Mua y el Cerisco

Al sureste:
El cuetu Diegopando, la Xamoca, los caspios de la Suriella, los caspios de Breza y la Triguera.

Al suroeste:
Les Praeres, el pico Redondo, Peñamayor y Oroxu y el aramo sobresaliendo sobre el collado peñamayor.

Al oeste:
Tras la crestería de la propia Varallonga, las praeres y el Oruxu, se extienden las sierras al oeste de Nava que abren la vista hasta los montes de Tineo y otras sierras lejanas sobre un pequeño Naranco bajo el que la bruma desdibuja Oviedo

Con zoom:
Nava

Naranco y Oviedo

Disfruto de estas vistas casi una hora y tras hacerme una foto cumbrera

Es hora de continuar. Para ello, me planteo hacer una pequeña circular recordando el camino que había seguido en el 2024 que había llegado desde el mayau pastor hasta los prados de los Fueyos y tras observarlos desde el canto este de la sierra, emprendo el descenso hacia ellos dejando atrás la cumbre de la Varallonga.

Es un descenso sencillo por un terreno de pradera y piedras por el que se ha de encaminar buscando un extenso prado redondo cercado por una muria de piedras para salir a su extremo derecho

Sin llegar a alcanzarlo, pero cerca de él, habrá que ir girando levemente a la derecha

para bordear la ladera que cae de la crestería de la sierra, encarando ahora la Múa y el Cerisco

Pronto damos vista al prau´l molinero, el mas alto de los Fueyos y las ruinas de su cabaña

hacia donde habrá que dirigirse

para desde aquí seguir el camino que viene del mayau pastor y va hacia la pequeña collada entre la Varallonga y el pequeño sierru que cierra los praos por el suroeste sobre el que asoman la Xamoca y los Caspios, entre otros.
Alcanzado este pequeño collado,

tras él, el camino continúa siguiendo la muria de piedras que cierra un prado, en busca de otro visible collado

dejando a la izquierda de la marcha la vallina la Viesca que desciende hacia el arroyo de Raneo, con el redondeado pico Bomalo tras él.

Encontramos trazos de pintura roja por todo este tramo del recorrido

que pasando ese segundo collado ya vemos enfrente les Praeres y el Oroxu al fondo.


Tan solo resta seguir el camino por la parte superior de un prado muriado que nos sacará al giro a izquierdas que había dado casi al comienzo de la ascensión para seguir la traza herbosa por la que subiría al collado del extremo oeste de la sierra de la Varallonga.


Bajo los escasos metros que quedan para alcanzar el abrevadero fuente del Navaliego y desde allí, continúo hasta les praeres desde donde así se ve la sierra de la Varallonga para picar algo, de mis provisiones pues el bar está cerrado, y plantearme si seguir hacia el Redondo o qué hacer.

Estoy bien de fuerzas y sin ninguna fatiga pero finalmente decido no acometer el pico Redondo pues veo su ladera muy tomada por las cotoyas y ante la posibilidad de no alcanzar la cumbre y estropear las buenas sensaciones que tengo opto por subir al muy modesto pico los Cuervos que desde aquí así se ve

y desde el que se intuyen y corroboro in situ buenas vistas
hacia el norte